Café para chairos

 





 Foto de Lina Kivaka

   


Recuerdo la primera vez que escuché la palabra "chairo".... en la empresa en donde estaba trabajando necesitaban que les recomendara a una persona para un puesto importante, justo conocía a la persona indicada, estaba sobrecalificado pero sabía que necesitaba el trabajo. Creía que si lograba entrar no sólo iba a dar lo que solicitaban si no que podría dar mucho más. Lo recomendé sin dudar, llegó dos veces a entrevista y en una reunión estaban leyendo su curriculum, una de mis compañeras despectivamente dio un pequeño salto en la silla, su ego se hinchó y muy alterada dice: ¡este es chairo! googlie la palabra inmediatamente: "Chairo es un término de origen mexicano de uso despectivo para referirse a las personas que se oponen a las ideologías o tendencias políticas de derecha."


Cuando leí su significado me invadió un escalofrío en el cuerpo, sentí enojo y tristeza. La persona no fue contratada. Me hizo cuestionar en qué tipo de lugar estaba trabajando y que yo definitivamente no quería ser de ese tipo de personas que le ponen camisas a todos los que conozco o desconozco para relacionarme con ellos. Es difícil cuando ves que las personas están tan obsesionadas con el "a qué grupito perteneces". Nos da miedo relacionarnos con nuestras diferencias.

No es la primera vez que veo este tipo de sesgo a la hora de contratar a una persona. Una vez vi un letrero que decía: "...preferiblemente si es cristiano. No aceptamos gays."

Luego empecé a escuchar la palabra chairo por todos lados: "Este es un café para chairos". Seguramente porque agarré un poco más de conciencia me di cuenta que ahí estaba frente a mí, en todos lados, tenía mis amigos "chairos" y seguramente algunas personas etiquetadoras me consideraban "chaira" también.

Hay muchas palabras cargadas de odio, aveces las usamos con humor intentando sonar chistosos, provocativos, rebeldes, simplemente lo único que mostramos es una tremenda ignorancia. Es fácil hacernos a un lado y pretender que solo es una palabra. Pues una palabra tiene un trasfondo y es importante saber qué estamos diciendo, tener un poquito de conciencia. Algo difícil cuando estás repitiendo, puros loritos, porque así nos enseñaron en la escuela a pura repetición. Se vuelven hábitos y simplemente reaccionamos, repitiendo. Intentemos no repetir, yo me incluyo porque yo misma me he visto aveces en esos zapatos sucios: " hueco", "negro", "indio". Cuando desnudas estas palabras te das cuenta de lo que realmente cargan a cuesta y es la esencia del miedo.

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